Esta es la intervención que presentó nuestro compañero Alfonso Ibarra.
Esta intervención va dirigida al pleno
del claustro y plantea una serie de reflexiones sobre el papel de la
Universidad y de este claustro.
¿Cuál es el fin último de la Universidad
pública? ¿Quiénes son los principales beneficiarios de esta? ¿Cómo debe
financiarse la Universidad púbica? ¿Qué porcentaje se debe pagar con las tasas
de los alumnos? ¿y con proyectos con empresas?
Nosotros, como miembros del claustro,
máximo órgano de representación de la comunidad Universitaria, debemos
plantearnos este tipo de cuestiones ya que nuestra función es decidir qué tipo
de Universidad queremos. Para esto debería servir el claustro, no el órgano
vacío de contenido en lo que nos hemos convertido y quizá por aquí es por donde
debemos empezar: haciendo autocrítica, asumir nuestra parte de culpa y de
dejación y empezar a demandar el papel y la importancia que nos corresponde
como claustrales.
¿Por qué no podemos cambiar el funcionamiento de este
claustro y volver a llenarlo de contenido para que vuelva a cumplir las
funciones que nuestros propios estatutos nos marcan?
Todos aquí somos conscientes de la
situación general de la Universidad pública en España. Amenazada por recortes
consecutivos con una clara intención política.
Esta falta de presupuesto ha obligado a los
diferentes equipos rectorales a:
- Gestionar la miseria, gobernanza lo llaman, en vez de buscar los fines de esta institución.
- Aumentar las tasas a los estudiantes, reduciendo las oportunidades para las clases más desfavorecidas.
- Precarizar la situación de todos los trabajadores de la Universidad.
o En el caso del
PDI, primamos la precariedad en vez de apostar por la experiencia de nuestros
docentes, contratando a profesores asociados, tirando de colaboradores
extraordinarios o profesores interinos.
o En el caso del
PAS, el porcentaje de temporalidad está alrededor del 42%.
- Apostar por la investigación a corto plazo y fuertemente aplicada, reduciendo la investigación básica y precarizando tanto a investigadores como personal técnico.
Pero nos equivocamos si pensamos que salvaremos
la Universidad asumiendo estas políticas que intenta destruir lo público o si
cargamos el coste a los estudiantes, considerando que el único beneficiario de
la Universidad es el alumno que acaba una carrera y con ello consigue un trabajo
mejor, o si pensamos que debemos apostar únicamente por una investigación
aplicada que podamos vender y patentar a corto plazo. La Universidad pública no
debe ser un vehículo de mejora profesional o dedicarse a vender conocimiento.
Debe ser algo más.
Como Claustro, estamos en la obligación
de posicionarnos ante estas cuestiones y decidir qué tipo de Universidad y de
Sociedad queremos.
Para nosotros, la Universidad pública debe
- Beneficiar a toda la sociedad en su conjunto y para ello hay que conseguir el acceso a ella de todas las clases sociales.
- Ser ejemplo de equidad y justicia social acabando con la precariedad y la temporalidad de toda la plantilla y conseguir el reconocimiento de su esfuerzo e implicación mediante una carrera profesional justa.
- Apostar por una investigación no condicionada por una financiación cortoplacista que abandona la investigación básica y condena a investigadores y técnicos a una temporalidad abusiva.
Desde aquí nos instamos a nosotros
mismos como claustrales, al actual equipo rectoral y a los posibles candidatos
a Rector en las próximas elecciones a reflexionar sobre la Universidad que
queremos ser y a plantearnos las actuaciones necesarias, dentro y fuera de la
misma para revertir esta tendencia que apuesta por acabar con la Universidad
pública como espacio de reflexión, creador de nuevas ideas y motor de una
sociedad crítica que avance en igualdad y justicia.
Jorge Wagensberg, gran
investigador y mejor divulgador, ahora desaparecido, se preguntaba en su último
libro: ¿Por qué dedicar talento, esfuerzo
y recursos a lo que no sabemos, si con lo que sabemos parece que vamos tirando?
Esta pregunta debería guiar el debate y la reflexión sobre el futuro de nuestra
institución. La respuesta debe ser el fin último de La Universidad pública,
porque nuestro futuro como sociedad e incluso como especie puede depender de
ella.
Muchas gracias.
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